Los 7 pecados alimenticios del emprendedor

Una de las cosas comunes que tenemos los trabajadores, es que estamos muy ocupados. Por este motivo solemos establecer una rutina diaria: apagamos el despertador, nos levantamos, corremos hacia el trabajo, revisamos el correo electrónico y la programación, nos reunimos con las personas correspondientes, realizamos las tareas más urgentes y por último, si tenemos tiempo, respondemos a los emails. Inmersos en todo este ajetreo, nos olvidamos completamente de algo prioritario: nuestra salud.

También nos olvidamos de dos cosas fundamentales: comer con calma y prepararnos una comida nutritiva. Nos conformamos con ingerir un sándwich mientras tecleamos en el ordenador. Nos volvemos autómatas, obsesionados con el trabajo. ¿De verdad esto es lo mejor que podemos hacer? ¿No podríamos adoptar hábitos alimenticios más saludables que nos hagan sal
ir fuera de la oficina y sentirnos mejor?

Si quieres cambiar tu rutina y obtener la energía que necesitas para dirigir un proyecto, deja de cometer los 7 pecados alimenticios que te mencionamos a continuación:

pecados alimenticios

  1. Pasar horas sin comer

Seguramente alguna vez hayas estado tan ocupado que, sin apenas darte cuenta, las horas han volado y llevas más de 6 horas sin comer. Esto lo que provoca es que te dirijas a una máquina expendedora o a un restaurante de comida rápida, para saciar tu estómago cuanto antes. Este es uno de los hábitos más dañinos que puedas desarrollar.

Es crucial que para mantener un nivel adecuado de glucemia realicemos al menos tres comidas al día y dos colaciones. Por lo tanto, no deberían pasar más de 4 horas entre cada ingesta. Si esto no lo hacemos podemos sufrir bajones o colapsos de energía. Además, enlenteceríamos nuestro organismo, dando lugar a una ganancia de peso.

Desayuna temprano, come algo a media mañana y tómate una comida fuerte pero sana. Cambia las galletas y los pasteles por un sándwich con pan integral formado por queso fresco, arándanos, nueces, jamón york y lechuga, o ingiere una fruta o un yogur natural. Procura establecer un horario fio para estas comidas.

 

  1. Comer porciones demasiado grandes

Pasamos tantas horas sin ingerir bocado que es normal que cuando nos acordamos de hacerlo, pidamos una ración doble. Somos capaces de comer tanta cantidad, que cuando acabamos nos sentimos a punto de reventar y lo único que nos apetece es irnos a echar la siesta.

Los expertos en nutrición aconsejan ingerir 120 gramos de carne magra, de pollo sin piel o de pescado. La misma cantidad de cereales integrales al día, pan o carbohidratos complejos (tortilla por ejemplo), y verduras.

 

  1. Picotear

Dan las 12 y te entra el hambre. Lo primero que te viene a la mente es acudir a la máquina de tu oficina para introducir la moneda y que caiga de ahí una bolsa de patatas fritas, comida basura.

Esta acción es mala en un solo día, pero ¿te imaginas el efecto que puede causar en tu salud si la repites diariamente cada semana? Elevarás tus niveles de colesterol, subirás de peso, y tu energía y lucidez mental se verán disminuidas.

Si te apetece algo dulce, elige comer un puñado de almendras tostadas o alguna pieza de fruta de la temporada. Esto te proporcionará una estupenda sensación de saciedad y además, ayudará a tu salud.

 

  1. Comer siempre lo mismo

Grandes emprendedores con éxito afirman que tener una rutina para cosas comunes, que no necesitan mucho esfuerzo mental, les permite focalizar su atención en las prioridades.

Según los expertos en nutrición, comer variado es mucho más que un capricho, ya que nos ayuda a obtener los nutrientes necesarios por nuestro cuerpo.

Intenta comer todas las semanas verduras rojas, verdes, oscuras y anaranjadas. Incluye una gran cantidad de proteínas procedentes de productos como el salmón, el atún o las sardinas. Si eres vegetariano puedes optar por verduras de color verde oscuro, o semillas como la chía, gran fuente de proteínas.

 

  1. Saltarse el desayuno

Muchas personas deciden saltarse el desayuno por llegar tarde al trabajo o simplemente, porque no les apetece comer en ese momento. Lamentablemente esta mala costumbre aumenta las probabilidades de subir de peso, sufrir un ataque cardíaco, padecer gastritis y estar cansado todo el día.

El desayuno ideal se compone de una pieza de fruta, un lácteo y un carbohidrato complejo como puede ser la avena. Otra opción consiste en preparar un zumo de verduras verdes con naranja u otras frutas, sin añadir azúcar.

 

  1. Comer pesado

Es muy normal que te sientas pesado y cansado después de comer si has ingerido alimentos fritos o grandes raciones de comida.

Si una persona normal debe ingerir aproximadamente 2.000 kcal diarias, debe aprender a distribuirlas a lo largo de todo el día. El 15-20% en el desayuno, el 10-15% en la colación de media mañana y media tarde, el 35% en la comida y el 15-20% en la cena.

 

  1. Comer frituras

Seguramente, no seamos las primeras personas en decírtelo: comer alimentos fritos es uno de los peores hábitos alimenticios.

Sustituye las grasas animales por grasas saludables como las procedentes del aguacate o de la avena. Cocina pechuga a la plancha sin añadir mantequilla, solo con una gotita de aceite, evita las salchichas y embutidos, ni comas tocino u otro tipo de grasas perjudiciales.

En lugar de esto incrementa la ingesta de grasas vegetales procedentes de las almendras, cacahuetes… Ya que ayudarán a que tu corazón esté en mejor estado.

 

Después de leer esto, ¿estás listo para redimirte de los pecados de la alimentación y convertirte en un emprendedor con buena salud?

 

 

Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.

Twitter: @edigomben

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